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lunes, 14 de mayo de 2012

El beso del chico perfecto


El amor es tan imprevisible e inesperado, tan oportuno y sorprendente... Nunca nadie te pregunta "¿Te puedo dar un beso?" o te avisa "te voy a dar un beso". No. Solo surge, surge cuando entre dos personas hay sentimiento de verdad. Cuando se quieren. Los buenos besos solo surgen en el ambiente adecuado, solo cuando él se lanza porque cree haberle leído la mirada a ella, esa mirada que a gritos le pedía su beso, y cuando se está acercando poco a poco hacia su boca, sus labios se rozan ligeramente, tímidamente. Se van juntando cada vez más hasta llegar a tocar sus lenguas. Este beso no tiene ningún objetivo únicamente placentero, ni egoísmos. Entre ellos no se tocan, son sus labios los que actúan lentamente. Entonces ella pone su mano en la cabeza de él, y el le coge por la cadera. Ella le rodea con los brazos el cuello y él aumente la pasión de su beso. Y pasan así un tiempo hasta que algo les corta desgraciadamente. Hasta que se vuelven a ver. Es un beso perfecto, un beso de amor. No es de esos interesados de lío desesperado de discoteca, de esos que los tíos abusan de ti, te manosean todo y luego te olvidan. Si dentro del amor, quieres ser la chica más feliz, búscate a un hombre que te haga haga sonreír y que te lleve como una reina. Que tengáis un lugar en el que ir todas las tardes libres donde él se siente en el suelo y tu te recuestes sobre su pecho, que te prefiera a ti que al fútbol, que te comprenda y te dé consejos, que lo haga todo por ti, que cuando estés triste y llores lo calme todo con un beso, que te deje elegirlo todo a ti, que te quiera sin rencores, que te obedezca (pero que no sea tu esclavo), que te quiera tanto como para pasar toda la vida juntos. Que te ame


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